Vega Sicilia

El legado de Vega Sicilia, en el corazón de Castilla

La zona vitivinícola de la Ribera del Duero discurre en el interior de la meseta norte y tiene al río Duero como eje vertebrador en toda su extensión. Con sus primeros orígenes en la época de la Hispania romana, no será hasta el siglo XIII cuando se extienda el viñedo por sus tierras. Esta tradición vitivinícola, con sus periodos de bonanza y declive, ha llegado hasta nuestros días y ha dejado su huella en el paisaje, la cultura y la personalidad de sus gentes. Una zona que toma cuerpo como denominación de origen vitivinícola en 1982; hasta entonces se elaboraban y consumían claretes del año, y gracias al empuje de un reducido grupo de bodegas empeñadas en hacer las cosas bien, nace la denominación de origen.

UNA FINCA ÚNICA, CASI MÁGICA

La viña supone para Vega Sicilia el eje central de su actividad elaboradora. Todo nace en la viña y será ésta la que establezca las cualidades y singularidades de los vinos que a posteriori, aquí en la bodega, se verán ratificadas.

Las 210 hectáreas destinadas a la viña se reparten en tres variedades: Tempranillo, Cabernet Sauvigon y Merlot. De esas 210 hectáreas, 140 se emplean en la elaboración de Valbuena y Único y el resto se destina a Alión.

Todo el viñedo se estructura en 52 lotes de vinificación diferentes en función de la variedad de uva, de la edad de la planta y de las 19 clasificaciones taxonómicas de suelo existentes en la finca.

La edad mínima de las plantas con las que se elabora es de 10 años y la edad media en producción es de 35. En el caso de los viñedos viejos como  Ontañón, plantado en 1910 tras la filoxera, las parcelas han sido estudiadas y analizadas para terminar seleccionando los clones que darán lugar a las plantas madre, patrimonio vegetal de la bodega.

El viñedo en Vega Sicilia presenta un marco de 3 x 1,5 m, lo que da un total de 2.222 plantas por hectárea con unas producciones medias de 1 a 1,5 kg de uva por planta.

La preparación del terreno es otro de los factores que hacen particular a Vega Sicilia. La replantación en la finca es un proceso más largo de lo habitual pues la desinfección es natural. En nuestra bodega se sigue un modo biológico y selectivo que desecha los productos artificiales, con el objetivo de eliminar los nematodos existentes en el suelo que pueden dañar las cepas. Para ello, se utilizan plantas de efecto nematicida que tardan cinco años en purgar el terreno. Se ha de tener en cuenta que un suelo plantado de viña vieja tiene altas poblaciones de nematodos, y ello implica que al quitar la planta vieja, antes de poner la nueva, se tiene que abordar un profundo proceso de limpieza.